El coaching empresarial repercute positivamente en la gestión eficiente de equipos.

Veamos qué leyes rigen a un equipo hasta los resultados según Patrick Lencioni:

– Los resultados de las empresas se forjan en la cultura de trabajo en equipo. Sin equipos bien alineados (al mismo objetivo) no puede haber resultados.
– Y sin un grupo de personas que se rindan cuentas entre ellos (“accountability” en inglés), no puede haber alineación.
– Y sin que hayan consensuado sus planes no puede haber compromiso (o “accountability”).
– Y sin capacidad para airear sus puntos de vista (aunque sean divergentes) sobre dichos planes, no puede haber consenso.
– Y si no hay confianza entre ellos, no puede haber discusión de verdad – no el tipo de discusiones superficiales donde “todo el mundo parece estar de acuerdo” por miedo a ser rechazado.

Al final, los resultados de la empresa provienen del grado de confianza genuina que hay en sus equipos.

Y cómo se genera confianza en un equipo?

No se puede generar o fabricar como quien fabrica un ladrillo.

La confianza aparece cuando se dan las condiciones apropiadas. Es como el cultivo de una fruta: hay que poner las condiciones de agua, temperatura, minerales, sol, etc…para que el árbol crezca y de frutos.

La mejor forma de hacer crecer la confianza en la empresa es instaurando una cultura de aprendizaje.

Y la base de esa cultura es el “derecho a equivocarse”. Sin ese derecho a ser “vulnerable” y “equivocar-te” no puede haber confianza en expresar tu opinión, tu auténtico punto de vista. Sin ese derecho a ser respetado no puede haber confianza.

Por eso, el primer paso que dan las empresas de éxito es fomentar la escucha hacia su personal. Es la escucha que no juzga (que no opina “esto está bien” o “esto está mal”), sino la escucha que nace de la “curiosidad”.

Esa escucha es la que emplea el coaching y los líderes totales.

Por eso las empresas de éxito instauran una cultura de aprendizaje donde el coaching empresarial es una pieza fundamental.

El coach escucha con interés genuino a la persona escuchada. Y la persona se siente reconocida tal y como es. Y no teme expresarse por miedo a ser rechazado o penalizado. El poder expresarse creativamente sin temor facilita que uno acepte a los demás hacer lo mismo. Es entonces cuando puede haber un debate constructivo y pueden surgir planes que tengan el compromiso real de quienes han ayudado a crearlos. En un ambiente donde la comunicación fluye abiertamente y sin miedo es un ambiente que fomenta la confianza. Y esa es la primera piedra para forjar equipos comprometidos con los resultados de la empresa. Pon un coach en tu empresa para sacar partido del potencial de tus equipos.