No sé qué hacer con mi vida

Esta es probablemente la pregunta más importante que puedes hacerte (juntamente con “quien soy yo”). Define qué es para ti la vida. No hay mejor respuesta que la tuya. Mi respuesta, por si te sirve de inspiración es la siguiente: la vida para mi es un lienzo en blanco donde puedo pintar lo que quiera. Tengo esa libertad. Soy creativo y la vida me ha dotado de un poder inmenso y de sabiduría y amor para hacer lo que quiera. Resulta (por mi experiencia) que si voy en contra de amarme, sufro. Resulta que si no utilizo mis talentos, sufro. Y también me he dado cuenta que si no pongo en práctica lo que pienso, sufro. Así que mi consejo si no sabes qué hacer con tu vida: descubre tus talentos, tu pasión, aquello que te hace vibrar y sentirte feliz, y hazlo. Ah…y no busques nada más, no busques recompensa. Si vas tras la recompensa te perderás. Sigue los impulsos de tu corazón y las recompensas vendrán sin que las busques.

No hay peor crisis que vivir sin sentido (o no saber “qué hacer con mi vida”). El hombre está en búsqueda de un sentido. Algunos le llaman Dios, otros Felicidad, otros Iluminación. Mientras no definas qué significa para ti la vida, la crisis está servida. El auto-conocimiento te ayudará a definir el sentido de la vida. La crisis vital en el fondo es una crisis debida a que no sabes quién eres! Conócete a ti mismo decían los antiguos. Descubre el sentido de tu vida en tu interior. Estás diseñado para ser feliz. Lo único que debes hacer es conocerte. Quieres una pista? Empieza a aceptarte tal y como eres. Transita el camino del amor. Así es como llegarás a conocerte y verás que la crisis se transforma en una bendición: la bendición de estar consciente de quien eres. Por si aún no lo sabías…los sabios de todos los tiempos (que se conocieron a sí mismos) nos han dicho por activa y por pasiva que “somos Amor”. Encuéntrate 😉

Los niños no se hacen estas preguntas. Ellos hacen lo que les gusta. Pero poco a poco nos alejamos de nuestro corazón. Poco a poco vamos enajenando parte de nuestro auténtico Ser a favor de un mecanismo de supervivencia que se llama “ego”. El ego vive en la cabeza. El ego es un “yo ideal” que te dice lo que “debes” o “no debes” hacer. Te dice lo que “es correcto” y “lo que no”. Cuando vives identificado con el ego dejas de vivir desde el corazón, desde tu esencia. Y luego te preguntas “qué quiero ser en la vida”, “qué me gusta” o “cuál es mi pasión”? No puedes encontrar la respuesta que te llene sin antes bajar de la cabeza al corazón. No es pensando como serás feliz. No es pensando sobre lo que te gusta que te vas a sentir realizado. Debes transformarte interiormente. Para empezar el proceso de transformación debes soltar todo aquello que “no eres” (el ego y sus creencias) y debes permitirte sentir todas aquellas heridas que todavía guardas en las profundidades de tu corazón (o subconsciente) y que cierran el acceso al sentir. Solo abriendo el corazón y volviendo a sentir podrás gozar. Y cuando empieces a gozar te encontrarás haciendo lo que te gusta, y lo más importante: sabrás hacer que te guste todo lo que hagas!

Con tu pareja no debes hacer nada. Es contigo con quien tienes que resolver la relación. La pareja solamente te hace de espejo. Lo que no amas en ti lo proyectas en el otro. Lo que no eres capaz de aceptar en ti, el otro no es capaz de aceptarlo en ti. Las relaciones están diseñadas para hacernos dar cuenta de lo que no funciona dentro de nosotros. Una vez aprendemos a amarnos, nuestras relaciones mejoran (o bien nos separamos y encontramos una relación mejor). Ocúpate de ser amor, de ser amoroso contigo. No busques fuera (en el otro) lo que solo puedes encontrar dentro de ti. Ese amor no está fuera, está en ti. Papá y mamá te hicieron creer (sin querer) que ellos eran la fuente de tu amor. En realidad, sin papá y sin mamá no hubieras sobrevivido. Pero una cosa es sobrevivir y otra es vivir. No te confundas: nadie puede amarte más de lo que tu te permitas ser amado. Empieza amándote y verás como cambia tu vida sentimental. Y cómo puedes empezar a amarte? Aceptándo que te cuesta perdonarte. Aceptando que te cuesta amarte. Aceptando que aún hay aspectos de ti (de tu personalidad) que no te gustan. Aceptate tal y como eres. Ten compasión de ti. Perdónate. Sé paciente y humilde contigo. Así es como empezarás a transformar tus relaciones!

Tu vida profesional es un campo de aprendizaje. Si no sabes qué hacer, empieza por darte cuenta qué es aquello que no quieres más en tu vida laboral, y qué es aquello que hechas de menos. Apúntalo. Escríbelo. Aunque te parezca una chorrada, ponerlo sobre papel ayuda mucho a tener claridad. Así que toma papel y lápiz y haz dos columnas. En una pones aquello que ya no quieres y en otra lo que echas en falta. Y luego escribe sobre aquello que disfrutas haciendo en tu vida. Reflexiona sobre qué es aquello que cuando haces te pasa el tiempo volando. Escribe sin pensar demasiado. Así dejarás que se exprese tu subconsciente. Luego lee todo lo que has escrito y mira si puedes ordenar las ideas. Mira qué 2-3 ideas tienen más fuerza. Por ahí debes alinear tu vida profesional. Intenta que tu día a día laboral contenga algo de eso hoy. Por poco que sea, pon un poco de “color” a tu día. Y poco a poco, a medida que vayas aumentando tu auto-confianza, podrás dar un salto a otro campo profesional o podrás transformar totalmente tu situación. Pero se empieza por un poquito 😉

Los 30 es una edad crítica. Según la astrología (una ciencia que cuenta con más de 1000 años, muchos más que las ciencias que se estudian en nuestras Universidades), hacia los 28-30 años entras en la “revolución de Saturno“. Eso significa que el planeta Saturno vuelve a estar en la misma posición del firmamento que estaba cuando naciste. Eso significa que entras en un periodo en que todo se tambalea. Es un periodo ideal para encontrar tu rumbo, tu pasión. Saturno es una energía “dura” que lo que haces es ponerte a tu sitio si andabas muy perdido. Puedes tener un accidente, una enfermedad o un cambio drástico de tu vida. Simplemente dejate llevar por la vida. Medita, calma la mente y observa las señales. Deja atrás la etapa de “jovencito”. A los 30 toca ser “adulto”. Las cosas van cada vez más deprisa. Toca ponerse algo serio y buscar algo más estable. Toca alinearte con tus valores profundos y con tu lado espiritual. Ya no es hora de perder el tiempo. Es un momento bonito que cambiará tu vida para bien. Sé que la transición hasta que te estabilices puede resultar incómoda y desagradable. Ten Fe en la vida y confía en ti. Todo irá bien!

A los 40 es importante hacer balance de cómo va tu vida interior. Quizás te centraste mucho en tu trabajo o en tus hijos y te das cuenta que hay un vacío dentro de ti. Es importante que te tomes tiempo para ti. Solo para ti, sin nadie. No con amigos. Solo. Es importante también que encuentres momentos para hacer lo que realmente te apetece hacer (con amigos si quieres). Pero no olvides de aflojar el acelerador hacia lo externo (trabajo, relaciones, familia) y te permitas espacios de silencio donde puedas simplemente tomar consciencia de quien eres. Es un momento ideal para empezar a dar a los demás parte de tu tiempo y experiencia. Es un momento ideal para descubrir los beneficios de la meditación.

Para empezar a cambiar tu vida primero debes reconocer que tu vida la has creado tu mismo. Si, si…ya sé…no te gusta…però empieza reconociendo que lo has hecho tu! Ese primer paso, de auto-responsabilizarte es el más importante si quieres crearla de otra manera. Date cuenta de qué decisiones y qué hábitos han configurado tu presente. Date cuenta de cómo lo has hecho. Y tu solito sabrás qué debes dejar de hacer y qué debes empezar a hacer para crear otro futuro. Si necesitas ayuda, un coach sería una buena idea 😉