• cansancio crónico,
• estrés,
• apatía,
• desmotivación,
• adiciones varias (al móvil, a la tele, a la comida, bebida, tabaco, comprar…),
• mal humor,
• sensación de vacío,
• pérdida de apetito,
• sobrepeso,
• ansiedad,
• enfermedades (de todo tipo),
• accidentes,
• y situaciones conflictivas en las relaciones, trabajo, falta de dinero, etc.

Como ves pues, desarrollar una autoestima alta es fundamental para ser feliz! La autoestima nos aporta una buena autoconfianza y es lo más importante para poder estar contentos y dar lo mejor de nostros a los demás. Si damos lo mejor de nosotros a los demás, recibiremos también lo mejor y así lograremos una vida plena.

Y recuerda que no estás solo. La mayoría de mis clientes de coaching necesitan subir su autoestima.

Ese Ser que eres trae consigo memorias en el subconsciente de un pasado (otras vidas). Si ya sé que quizás pensarás que se me ha ido la cabeza…piénsalo bien, cómo explicas por ejemplo que dos hermanos gemelos puedan ser tan diferentes? Depende de lo que traigan en sus subconscientes…pero no me detendré en este tema.

Durante tus primeros años de vida, tu entorno (tus padres son lo más importante) y tu subconsciente van desarrollando tu personalidad y autoestima.

Cuando ya eres mayorcito (adulto) te propones subir el autoestima…bien, nunca es tarde. Hay que empezar por reconocer qué es aquello que “no eres”. No eres tu voz crítica que te dice que “deberías ser esto o aquello”. No eres nada de lo que piensas. Si puedes pensarlo no eres eso. Por lo tanto, empieza a darte cuenta que no eres tu mente.

Eres consciente de tus pensamientos (“yo soy esto”, “yo soy asá”, “me falta eso”, “no me gusta eso otro”)…por lo tanto no eres ninguno de esos pensamientos. Dale cero importancia a tus pensamientos (buenos o malos sobre ti) y empezarás a vivir desde otro lugar (no mental). Empezarás a vivir desde la Conciencia (o Ser). Y desde ese lugar empezarás a reconstruir tu autoestima.

Deberás permitirte “ver” (observar, sentir) lo que se esconde en tu corazón (tu subconsciente). Deberás dejar salir todas aquellas energías (emociones suprimidas) que de pequeño no te permitiste sentir (porque no sabías qué hacer con ellas, y porque los “adultos” te hicieron creer que eran “malas”)

Deberás enfrentarte (sentir y no juzgar) con tus miedos, tu tristeza, tu orgullo, tu vergüenza, tu ira, y todo aquello que estaba reprimido en tu subconsciente. Cuando reconozcas y aceptes todo eso que estaba inconsciente, te liberas de ello. Y una vez liberado te sentirás libre. No necesitarás identificarte con tu ego (que no es más que un mecanismo para no hacerte sentir todo eso que evitabas y guardabas en tu subconsciente). Y es así como expresarás una vida consciente y amorosa hacia ti y hacia los demás.

No le impongas tu modelo de lo que está bien y lo que está mal. Que hable tu ejemplo y no tus palabras. Deja que tu hijo aprenda a su manera. Y respeta sus decisiones. Dale a entender que confías en su criterio, que confías en su personalidad. Deja que se equivoque y aprenda. Hazle más preguntas y dale menos respuestas. Preguntale “qué has aprendido, hijo”? en lugar de castigarle por “no haberte hecho caso”. Deja que tome la inicitiva y asuma su responsabilidad, por pequeño que te parezca.

Tu hijo necesita amor y sentirse apoyado. No necesita que lo juzgues, ni critiques su persona. Celebra sus aprendizajes, celebra sus errores con cariño dándole a entender que equivocarse es una de las mejores formas de aprender. Deja que aprenda por si mismo y así crecerá su auto-confianza y confiará en ti.

Recuérdale que estás a su lado. No hagas de “salvador” de tu hijo pues lo conviertes en “víctima”. Dile que tu también te equivocas (y aprendes). Sé humilde. Dale ejemplo de lo que es Ser Humano. Desarrolla tu propia autoestima y deja que tu hijo desarrolle la suya. Lo más importante que debes recordar es que el la desarrollará a su manera si no lo juzgas y le permites equivocarse. Dale tu amor, tu comprensión, tus preguntas, y tu ejemplo.

Es normal sentirte triste. Has sufrido una pérdida. Hay un duelo.

Para recuperar tu autoestima debes tener paciencia y mucha empatía contigo. Estás en un proceso de aceptación. Necesitas primero aceptar tu nueva situación (sin pareja) y aceptar tus emociones (tristeza, rabia, frustración, desesperación, angustia, miedo…). Te ayudará sentarte o tumbarte, poner las manos en tu corazón (o allí donde notes más dolor) e imaginar una niña/niño que se siente abandonado o rechazado. Háblale. Dale mimos. Siente su lloro y dejale tu hombro para que se desahogue.

También te ayudará cortar lazos energéticos con la persona que era tu pareja. Habéis vivido experiencias juntos (afectivas, mentales y sexuales) y os unen todavía lazos invisibles que os atan a nivel inconsciente. Para realmente “romper” con esa persona no basta irte físicamente su vida (a otra casa) sinó que debes romper a nivel energético. Te recomiendo este ejercicio.