El coach tiene una función básica, y es la de apoyar al cliente a desarrollar su potencial, lo que pasa por apoyarlo a estar bien consigo mismo y a conseguir sus objetivos.
A veces nos apoyamos en algún amigo, profesor, vecino, taxista, compañero de trabajo, marido, madre, etc. Todos los anteriores tienen otras funciones además de la de apoyarnos: algunos están para trabajar juntos, otros para compartir información, otros para compartir amor, otros para aprender, otros para llevarnos a alguna parte, etc. A diferencia de todos ellos, el coach está diseñado principalmente para que te apoyes en él. Te tiene que servir como excusa para que salgas fortalecida y más consciente. Te apoyas en él para crecer, para ir más allá de lo que creías posible. Si no lo utilizas con esta finalidad, para qué? Para entretenerte? Para sentir-te consolada?…??
Tener un coach de forma puntual está bien. Pero no es suficiente si de verdad quieres conseguir tu potencial pleno. Para ello debes aprender a apoyarte en lo Más Alto, en Aquello que está más allá de nuestra limitada mente. Apoyarse en ese Misterio (incomprensible para la mente) es utilizar la Fe.
Y qué es la Fe?
Si pudiéramos definirlo (mentalmente) diría que es “tener la certeza que existe algo Superior a nuestro cuerpo y a nuestra mente que está Unido a Todo”. La Fe es una cualidad de nuestra Alma, como la respiración es una cualidad de nuestro cuerpo. La Fe es el Aroma de Infinito de nuestra Alma, es una cualidad de nuestra Esencia.
Si quieres crecer de verdad, debes aprender a mirar hacia adentro y tener Fe. Debes aprender a cogerte en Algo que no se puede coger más que con la Fe. Debes aprender a enfocar tu consciencia hacia lo Más Elevado, y mantenerla Allí teniendo la certeza de que Ese es el Lugar de donde todo viene y hacia donde todo va.
Si lo haces, verás que – por arte de “magia”- empiezas a irradiar una energía que no es tuya. Esa energía viene de planos más profundos de la Vida, y te ayudarán enormemente a transitar por los senderos de tu vida humana.