Quien no sabe qué es el coaching, a menudo lo asocia con el arte de preguntar o el arte de la retórica. El co-active coaching es mucho más que hacer preguntas potentes. De hecho, en el esquema general de lo que es el coaching co-activo, no aparece la palabra “preguntar” (o “asking questions”).

el modelo coactivo

No es sencillo dominar el arte de preguntar.

Saber hacer preguntas es un arte. Un arte que empieza con la Escucha profunda de la otra persona. Por eso en el modelo coactivo ponemos la “escucha” en primer lugar. Cuando escuchas al cliente, te viene la pregunta adecuada; son como música para los oídos. Cuando sólo te escuchas a ti, tus preguntas son como ruido que desafina.

Después, la pregunta no es tan importante como la intención con la cual la haces. Es muy importante desde dónde se formula la pregunta: desde la virgen curiosidad o desde el ego que cree saberlo todo? Desde la certeza que tu cliente es una persona con recursos y es creativa, o desde la duda sobre tu cliente? Desde la escucha profunda de tu cliente o desde la no escucha? Etcétera.

El arte de preguntar es muy antiguo (tienes un buen ejemplo del arte de preguntar en la mayéutica) consiste en saber hacer preguntas potentes. Una pregunta es potente cuando revela conocimiento que estaba escondido en las profundidades (inconscientes) del cliente. Es potente cuando te lleva a descubrir por ti mismo una respuesta que no te deja igual. Y subrayo “descubrir” pues la respuesta es original y nueva para el cliente. La pregunta potente es como una semilla diminuta que al penetrar en ti empieza a crecer y te transforma desde dentro. Sabes que es potente porque te deja un segundo y medio sin respirar. Te sorprende y te inspira a profundizar en ti para encontrar la respuesta. Así pues, si la pregunta no te deja un momento sin respiración, no estás ejerciendo el arte de preguntar; estás simplemente planteando una pregunta. El arte de preguntar se puede aprender cuando empiezas a fijarte en el impacto que tienen tus preguntas en la otra persona. Todos los directivos deberían manejar el arte de preguntar si quieren liderar y motivar a sus equipos.

Y no es tan importante dar con la respuesta verbal como lo es sintonizar con el lugar de tu inconsciente dónde se halla la verdad. De ese segundo y medio que te quedas sin respirar, medio segundo ha sido porque has tropezado sin esperarlo con la verdad. El siguiente paso es hacer consciente y ponerle palabras a eso que te ha sido revelado en tu interior.

La felicidad es una opción, no una obligación.

Normalmente somos infelices porque así elegimos serlo (de manera inconsciente) pues creemos que no tenemos otra opción. Elegimos la infelicidad cuando damos por sentado que la felicidad nos viene de fuera (por ejemplo, cuando conseguimos un empleo, o cuando alguien nos ama o cuando ganamos una competición). Elegimos la infelicidad cuando nos decimos (inconscientemente) que si no estuviera infeliz por ejemplo por la pérdida, la muerte o la enfermedad, eso significaría:

a) que quiero que ocurra la pérdida, la muerte o la enfermedad

b) que soy una mala persona si estoy feliz ante esos hechos

Es decir, que muchas veces creemos que sentirse infeliz equivale a ser una buena persona. Al final, nos sentimos víctimas de nuestras emociones (infelices) porque no nos damos cuenta que éstas vienen determinadas por nuestras creencias. La infelicidad es creer que algo tiene que ser de otra forma de como realmente es. La infelicidad es apartarse de la Realidad tal como Es aquí y ahora.

El arte de preguntar pueden transformar tu vida

Para ser felices basta con que veas la falsedad de ciertas creencias que te hacen sentir infeliz. Te sugiero que cojas lápiz y papel, y elijas un tema que te preocupe o te haga sentir infeliz. Respira 3 veces y responde a cada de estas preguntas:

  1. Qué te hace sentir infeliz?
  2. Qué hay exactamente sobre eso que te hace sentir infeliz?
  3. Porqué eso te hace sentir infeliz?
  4. Qué es aquello que temes que puede ocurrir si NO estuvieras infeliz?
  5. Cómo te juzgarías si ocurriera aquello que tanto temes?
  6. Es eso realmente verdad?
  7. Quien serías sin creer eso?

La felicidad es posible cuando sabes que la infelicidad no es la única opción. Y una forma de encontrar un poquito más de felicidad es darse cuenta de la falsedad de ciertas creencias que dábamos por ciertas. Y como intuyes, si dominas el arte de preguntar te harás las preguntas correctas. Y sólo así puedes encontrar respuestas que valgan la pena; sólo así estarás en la dirección de ser un poco más feliz. Pues la mayoría de personas son infelices porque están intentando dar respuesta a preguntas equivocadas! Que triste ignorancia aprisiona tantas mentes. Hay que despertar a la claridad, a la luz del alma. Desde allí no hay dudas, sólo claridad. Las dudas existen en el nivel de la mente intelectual, de la razón. Las dudas no existen en el nivel de la intuición, en el corazón. Pero esto ya sería otro tema…